Lavamanos industriales para hostelería
Los lavamanos profesionales aseguran la higiene, comodidad y funcionalidad en todo tipo de negocios y eventos. Ya sea para oficinas, ferias, convenciones o espacios temporales, disponer de lavamanos adecuados garantiza el cumplimiento de normativas sanitarias
Lavamanos autónomo gran caudal Fricosmos | 061428
Lavamanos 061426 XS Fricosmos | 1 pulsador | Agua fría y caliente
Lavamanos autónomo electrónico a batería Fricosmos | 061464
Lavamanos portátil agua fria y caliente Fricosmos | 061466
Lavamanos registrable autónomo eléctrico Fricosmos | 061468
Lavamanos portátil autónomo 061430 | Con dosificador de jabón y papel
Lavamanos electrónico 061010 Fricosmos | Sensor electrónico | Agua fría y caliente
Lavamanos 061014 Fricosmos | Doble pulsador | Agua fría y caliente
Lavamanos electrónico 061418 Fricosmos | Con dosificador de jabón y papel
Lavamanos 061012 Fricosmos | 1 pulsador | Agua fría y caliente
Lavamanos 061002 Fricosmos | 1 pulsador de rodilla | Agua fría y caliente
Lavamanos 061008 Fricosmos | Doble pedal | Agua fría y caliente
Lavamanos 061004 Fricosmos | 1 pedal | Agua fría y caliente
Los lavamanos de acero inoxidable se emplean en múltiples sectores profesionales donde la higiene de manos es fundamental. Son imprescindibles en la industria alimentaria y la hostelería – por ejemplo, en cocinas de restaurantes, obradores de pan o pastelería – ya que la legislación exige un lavamanos en cada establecimiento donde se manipulan alimentos.
También son comunes en el ámbito sanitario, como hospitales, clínicas médicas o veterinarias y laboratorios, para que el personal pueda lavarse las manos con frecuencia y evitar contagios.
Además, otros entornos como oficinas (especialmente si tienen áreas de cafetería o manipulación de comida) o eventos y ferias suelen instalarlos de forma preventiva para fomentar la higiene entre empleados y visitantes, usando a menudo modelos portátiles en lugares donde no se dispone de fontanería fija.
En la mayoría de negocios donde se manipulan alimentos o se atiende al público, sí es obligatorio. Las normativas sanitarias europeas (p. ej. Reglamento CE 852/2004) y españolas (Real Decreto 3484/2000, entre otras) exigen disponer de un lavamanos en cada establecimiento donde el personal esté en contacto directo con alimentos o con otras personas.
Algunas regulaciones establecen además requisitos sobre el diseño: el lavamanos debe ser de material no poroso y fácil de limpiar, y contar con un accionamiento no manual (es decir, que no se abra el grifo con las manos).
Por ello, casi todos son de acero inoxidable (material higiénico y liso) y con pedales, pulsadores o sensores (no con mandos de mano)
No hay problema: existen lavamanos portátiles autónomos diseñados justamente para lugares sin conexión de agua. Estos lavamanos incluyen depósitos internos tanto para el agua limpia como para el agua residual, por lo que no necesitan toma de agua ni desagüe fijo. Simplemente se llenan sus garrafas de agua limpia y, tras el uso, el agua sucia queda almacenada en otro depósito que luego puedes vaciar. Incluso hay modelos sin conexión eléctrica, que bombean el agua mediante un pedal de pie, por lo que tampoco requieren enchufe.
El acero inoxidable aporta numerosas ventajas frente a materiales como la loza cerámica o el plástico, especialmente en entornos profesionales exigentes. En primer lugar, ofrece una gran durabilidad: resiste el uso intensivo diario sin agrietarse ni deformarse, y soporta limpiezas frecuentes sin desgastarse.
Es altamente resistente a la corrosión, por lo que no se oxida ni corroe incluso en ambientes muy húmedos o al contacto con sustancias y desinfectantes químicos.
Otro punto a favor es el mantenimiento sencillo: el acero inoxidable se limpia fácilmente y no requiere recubrimientos ni cuidados especiales para conservar sus propiedades.
Un lavamanos de acero inoxidable será más higiénico, duradero y seguro que uno de material convencional, cumpliendo mejor con las exigencias de entornos profesionales.
Una de las ventajas del acero inoxidable es que su mantenimiento es sencillo, pero conviene seguir buenas prácticas para conservarlo en óptimas condiciones. Para la limpieza diaria, se recomienda usar agua y jabón neutro, frotando con un paño o esponja suave por toda la superficie.
Después, aclarar con agua limpia y secar completamente con un paño de algodón o papel, para evitar marcas de agua. Es importante secar en la dirección del pulido del acero (si es cepillado) y no hacer movimientos circulares, así mantendrá su brillo original
Hay que evitar productos agresivos que puedan dañar el acero inoxidable. No uses lejía (hipoclorito), ácidos fuertes (como ácido clorhídrico o sulfúrico) ni limpiadores con cloruros o cloruros de amonio, ya que pueden provocar manchas o corrosión en la superficie
Los lavamanos profesionales tienen precios que empiezan desde los 150 € hasta los 2000 euros. El precio de un lavamanos profesional de acero inoxidable puede variar ampliamente según su tipo, tamaño y equipamiento, pero en general es una inversión accesible para garantizar la higiene. Los modelos más básicos, como un lavamanos de pared sencillo con accionamiento por pedal, se pueden encontrar alrededor de 200 € (incluso menos, dependiendo de la marca). Si buscamos algo más avanzado, como un lavamanos con sensor infrarrojo, el precio sube un poco: aproximadamente 300 a 400 € por unidad es un rango común (un modelo electrónico se cotiza en torno a 324 € antes de IVA).
En el caso de lavamanos especiales – por ejemplo, lavamanos autónomos portátiles con depósitos y bomba, o lavamanos dobles/múltiples para que varias personas se laven a la vez – el coste es mayor. Un lavamanos autónomo completo puede rondar los 600-1000 €, dependiendo de si incluye calentador de agua, ruedas, dispensadores, etc